La seguridad alimentaria constituye un derecho del individuo.
Los alimentos son indispensables para la vida, ya que suministran tanto la energía como las sustancias químicas necesarias para la formación, el crecimiento y la reconstrucción de los tejidos.
En este sentido, la alimentación debe ser suficiente, para cubrir las exigencias y mantener el equilibrio del organismo; completa en su composición, con inclusión diaria de todos los nutrientes y en la cantidad mínima necesaria; y sana, para poder conservar la salud de las personas.
Por ello, la seguridad alimentaria constituye un derecho del individuo, tal y como reconoce, en su artículo 25, la Declaración Universal de los Derechos Humanos cuando afirma que todas las personas tienen derecho a una alimentación suficiente y sana.
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