YA NO SOLO TRES A LA SEMANA |
Es el momento de superar creencias
basadas en planteamientos científicos no suficientemente revisados, y
hacer justicia con el huevo. Es cierto que los huevos contienen una
cantidad considerable de colesterol, un esterol (tipo de grasa) imprescindible para el organismo humano pero que, en cantidades
elevadas, se relaciona con enfermedades cardiovasculares. Sin embargo,
la hipercolesterolemia (a partir de 240 mg/dl, aunque se discute si
debería bajarse este umbral, y de hecho 220 mg/dl en los análisis de
sangre ya suponen una llamada de atención del médico), lo que comúnmente
se conoce como tener alto el colesterol, es consecuencia no tanto del
consumo de un alimento en concreto como de la dieta en su totalidad y de
otros factores, como los hábitos de vida o la predisposición genética
de cada persona.
La comunidad científica, tras numerosos estudios realizados en muchos
países estos últimos 20 años, ha llegado al convencimiento de que el
huevo por sí solo carece de una capacidad relevante para aumentar los
niveles de colesterol; por tanto, no se relaciona su consumo frecuente
con un aumento de la posibilidad de sufrir infartos y enfermedades
cardiovasculares. En estas patologías influyen más decisivamente otros
factores, como la predisposición genética y los hábitos poco saludables
como una vida sedentaria, el tabaco y el estrés y el consumo de
alimentos ricos en grasas saturadas y grasas trans (provenientes, las
trans, en su mayoría de las grasas vegetales parcialmente hidrogenadas, y
presentes en productos procesados).
El colesterol que contienen los alimentos no influye tanto como se
pensaba en el aumento del colesterol plasmático total. De hecho, en el
control de la hipercolesterolemia vinculada al consumo de alimentos hay
factores más importantes, como la proporción existente entre ácidos
grasos saturados y trans (los menos saludables) y los poliinsaturados
(saludables). Y resulta que este perfil de la grasa, o lipídico, es
saludable en el huevo. Además, el huevo aporta lecitina, que ayuda a
mantener en suspensión el colesterol en sangre, impidiendo que se
deposite en la pared de las arterias. Por tanto, nada de restringir en
exceso el consumo de huevos, si bien quienes sufren hipercolesterolemia
deben moderar su consumo, al igual que el de otros alimentos ricos en
colesterol o en grasa saturada. Niños, adultos de talla media y quienes
no realicen gran actividad física pueden comer perfectamente 4 huevos a
la semana; y las personas corpulentas o que practiquen deporte con
frecuencia pueden llegar a los 7 huevos semanales.
Por eso, desde este blog podemos recomendar el consumo de huevos, porque es un alimento de gran valor
alimenticio, muy rico en nutrientes, con proteínas de gran valor
biológico, lecitina, y minerales y vitaminas.
Hola!
ResponderEliminarMi hijo en su guardería tiene el catering de La cucharita y es por eso que he conocido esta página.
Siempre tengo la duda de cuántos huevos puede comer a la semana mi hijo que en este momento tiene dos años y medio.
Gracias y un saludo!
Las guías sobre consumo de alimentos para la población española, señalan como conveniente el consumo de 2-3 raciones/ día para carnes, pescados y huevos, lo que contribuye a una dieta satisfactoria que aporte cantidades adecuadas de nutrientes.
ResponderEliminarTeniendo en cuenta estas pautas ,y como conclusión de la información aportada en la entrada,para un niño sería conveniente un consumo de 3-4 huevos/semana.